Hubo una época, no muy lejana, en la que el cine porno no se procupaba por aspectos técnicos como el montaje. Se podían ver auténticas aberraciones, y uno nunca sabía que señor estaba follando en cada momento. Por suerte, fue una época que se caracterizó por elevar a las actrices al status de estrellas y en la que lo técnico carecía de importancia. Pero todo cambió con la llegada de un porno enfocado a un público más amplio (sobre todo femenino), y que tuve la suerte de descubrir gracias a nuestra protagonista de hoy: Zara Whites. Otro día hablaremos de Andrew Blake, director que sacó lo mejor de Zara Whites, o de su marido Roberto Malone, pero ahora es momento de retomar una de sus escenas más conocidas junto a otro de los grandes nombres de la historia del cine para adultos: Rocco Siffredi.
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