Esta categoría de jovencitas follando no es más que el resultado de una máxima incontestable: la plenitud profesional se adquiere en ese rango de edad entre los 18 y los 24 años, esto es, el cénit de la pirámide porno. Una etapa que consigue alcanzar el equilibrio perfecto entre experiencia sexual y frescura física adecuadas para la práctica del sexo más exigente, llámese sexo anal, doble penetración, orgía, garganta profunda, bukkake o demás numeritos del circo de la triple X. Y un subgénero (si se me permite llamar así al nicho de las jóvenes inexpertas) que con los años ha sido más y más demandado por un público con hambre de material más específico relacionado con chicas jóvenes, de ahí el aluvión de propuestas que tienen a las que gizan de juventud como leitmotiv, unas la mar de originales: creampie con ángeles, el squirting de vírgenes, colegialas y orgías universitarias… y otras más recurrentes y trilladas como son las primeras experiencias sexuales a los 18 o desvirgaciones anales.