Una vieja leyenda sitúa el bukkake entre el Japón feudal del S.XIII y las rebeliones del S.XV, cuando dicha práctica se usaba como castigo sexual hacia las mujeres por delitos de adulterio. Otra leyenda, en cambio, asegura que los bukkakes quedaban muy lejos de castigos debidos a la infidelidad y que se trataba de un premio que recibían los guerreros samurai tras salir airosos de conflictos bélicos; rostros femeninos ofrecidos para la gloria del guerrero. La verdad, al menos en clave porno, es que este rito en el que varones se turnan para eyacular sobre una persona se popularizó en el país del sol naciente para evitar sus estrictas leyes de censura; ya que no se puede mostrar los genitales en público crearemos un porno sin necesidad de penetraciones.
A ese porno se le llamó bukkake, lo que traducido a español significaría algo así como salpicar o regar. Vamos, lo que entendemos clara y llanamente como corridas grupales y que de tan popular ha derivado en particulares variantes: gokkun (hasta la última gota todo se traga), inverso o squirt bukkake (mujeres corriéndose encima de un hombre). Desde antaño las propiedades del semen para la piel son conocidas entre la comunidad médica… a lo que el porno ha querido sumarse a través de la experiencia.