A todo ese saco que contiene prácticas sexuales extremas, así como juegos que implican la dominación y sumisión, el sadomasoquismo y otras dinámicas interpersonales relacionadas con la humillación lo hemos llamado BDSM. Acrónimo, por cierto, de B/D (sexo bondage y disciplina), D/s (dominación y sumison), y S/M (sadismo y masoquismo) y que en la industria X tiene un largo historial así como un ejercito de fieles seguidores. Productoras como Kink —y sus celebradas propuestas Fucking Machines, Hogtied, Hardcore Gangbang, Public Disgrace, Pussy Hunter— son culpables del éxito de un género que no hace mucho tiempo era totalmente marginal y que hoy recibe incluso el estatus de culto, sorprendente más cuando de lo que se trata es explorar los límites físicos y mentales de los protagonistas. En fin, como decía un conocido director de cine «el sexo sólo es sucio si se hace bien». Prepárate pues para disfrutar de los vídeos porno sado que siguen o del sexo bien hecho que destilan.