Normalmente no solemos publicar vídeos de pornstars masturbándose porque creemos que, aunque suele ser material muy disfrutable, aquí la parroquia orgasmátrica necesita siempre de un ritmo de actividad algo más intenso y espectacular. Pero hay casos un poco más especiales que otros: hace poco esa muñeca de porcelana andante y de prodigioso culo llamada Yhivi se enfrentó por primera vez en su vida a la eficiencia sexual sin límites de un robot masturbatorio, esos aparatos infernales que Kink enchufa en Fucking Machines para poner a prueba el aguante de sus empleadas. El contraste entre la inocencia aparente de la starlet y la frialdad inmisericorde del artefacto hacen del vídeo una experiencia tecnológica chispeante.
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