Xvideos
Si para generaciones anteriores Playboy, Penthouse o incluso Interviú eran sinónimo de miradas cómplices y risitas por lo bajini, en la actualidad es Xvideos la que ostenta ese estatus de piedra filosofal del porno, el nombre que todos conocen porque han estado a solas cascándosela con alguno de sus vídeos en algún momento de su vida. El cine X comunitario en el que no hacen falta gabardinas ni gafas de sol. Las estadísticas no engañan: desde 2013, X videos no ha bajado de los cincuenta primeros puestos de Internet, moviendo un tráfico que cerca de 30 petabytes de vídeos XXX, versiones promocionadas de escenas completas, mamadas caseras y hasta cámaras ocultas porno; un bazar infinito de sexo duro, sexo suave y de todas las texturas que uno sea capaz de imaginar.
Xvideos es el sitio al que todo el mundo ha ido a ver porno una u otra vez, y muchos se preguntan por qué este y no otro. La respuesta es compleja y se debe a una mezcla de factores: fue de los primeros pornotube en aparecer, mantuvo una política de borrado de escenas sin derechos algo laxa y, quizá lo más importante, a pesar de un diseño anticuado que apenas se ha modernizado en todos estos años, la rapidez de su reproductor siempre lo ha hecho distinguirse como uno de los recursos porno más eficientes en ordenadores primero, y en móviles y tabletas después, adaptándose incluso a la llegada del porno HD y con una más que probable planificación para adentrarse antes o después en el porno 2K, el porno 4K y el porno virtual.
Y es que la idea tras cada xvideo está muy clara desde el mismo nacimiento del pequeño emporio en 1997: X videos se inventó para proporcionar porno gratis para todos, y nada más.