El otro día rescatábamos del olvido a Hannah Minx, la profesora de japonés que todos desearíamos tener aunque nadie aprendería una mierda, pero no es la única que se ha valido de sus atributos, una webcam y una conexión a internet para hacerse famosa. Hace menos de un año, una rusa de 22 primaveras que se llama (o se hace llamar) Xenia Müller colgó algunas de sus fotos personales en su perfil de VK (la red social rusa más utilizada, una suerte de Facebook autóctono) y las imágenes no tardaron en esparcirse por la red. Así que, asumido su nuevo papel de diva digital, Xenia optó por lo que más le gustaba: seguir enseñando carne.

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