Y por colección no estoy hablando de esa pecaminosa carpeta de 100 Terabytes que tienen en su ordenador con los primeros anales de sus estrellas favoritas en calidad 1080 o 4K. Me refiero a la implementación de tecnología NFT —de la que se habló por aquí el otro día en el post Sophie Dee entra en el mundo NFT— para rastrear y garantizar la legitimidad de una escena, con el fin de convertirla en un verdadero tesoro de acuerdo a su rareza.
Justo a horas de que terminara de redactar una entrada que dedicaba a Violet Myers y su cuerpo de infarto en un trajecito de chica Hooters, ella confirmaba en su canal de Youtube que se ha sumado a las estrellas que se montan a la ola del NFT. Y vaya que le gusta jugársela en grande, pues apuesta su primer anal.
En el vídeo relata que lo que la llevo a tomar la decisión de utilizar este formato, es hacer historia como una de las pioneras, junto al incentivo de que una pequeña parte de las ganancias que generen, por la demanda del activo, irán directamente hacia ella. Aunque no se siente preparada para hacer anal y teme arruinar su carrera al dar el paso, hay mucho dinero de por medio y por eso ha dado un salto de fe.
Por un lado espero que la Myers haya hecho buena guinda porque esa culo que tiene bien que lo vale. Y más con esos agarradores de carne que tiene por tetas, que a la hora de sodomizarla se han de sentir bastante suavecitos al ser 100% naturales. Pero por otro lado odiaría ver que esto se haga una tendencia y todas opten a tomar este camino para rodar su primer anal, primer gangbang o primer interracial y me pregunto ¿Quién o quienes serán los talentos masculinos que van a culiar a todas las que se suman a este movimiento?
Yo desde ahora levanto mis manos como el «Koku» para darle energía a los valientes que logren burlar el sistema y darnos el anal de la Myers, que parece haberse convertido en el primer Santo Grial de una nueva era del porno. ¿Será el NFT el azote que ponga fin a la piratería u otro fracaso o promesa vacía? Solo el tiempo lo dirá.
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