Si bien su cuerpazo retocado no será del agrado de todos, sé que a muchos los volverá locos esa cinturita ya que, sumado a los implantes y la evidente queiloplastía a la que se sometió nuestra protagonista, revelan que esta más que dispuesta a dar y recibir placer, quedándole el mote de Barbie como anillo al dedo pues se ha convertido en todo un juguete sexual.
Viking Barbie, la autodenominada hija de Bane, ya que su padre el luchador Robert «Jeep» Swenson es quien interpreto dicho personaje en la película «Batman y Robin», inició como lo que se conocía como una «Señora de Instagram», profesión que al igual que la sección en este sitio fueron muriendo de a poco por lo cual migraría a Onlyfans, plataforma donde alcanzaría la fama luego de hacerse viral por dos cosas. Su look que muchas tacharían de asqueroso y vulgar. Que ella defendería citando a Dolly Parton con la frase «es tan caro verse así de barata mi ciela». Y por realizar varias retos cachondos como chaparse a su vecino, chaparse a un repartidor de pizza, y chaparse a un tipo de mantenimiento. La rubia no solo amasaría millones en cuestión de meses haciendo esto, sin exagerar literalmente se hizo de un millón de dólares en su mejor mes, sino aseguraría su futuro al hacerse de un batallón de mujeres dispuestas a hacer fila para realizar colaboraciones con ella, donde destacan vídeos donde arman orgías levantando gente en autos de lujo, y aunque se podría argumentar que la mayoría de invitadas no son tan reconocidas, ni la mismísima Angela White se ha resistido a la energía sexual que desprende semejante muñeca.
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