Vienna Rose, una chica dispuesta siempre a entregar su trasero, tiene una especie de laboratorio anal en su propia cocina, el cual es descubierto por su pareja al llegar a casa inesperadamente. Tras esta singular sorpresa, Tyler Steel se dirige al dormitorio y descubre in fraganti a la joven con un consolador a pie de cama y aplicándose ella misma una solución aceitosa en su recto. Definitivamente, no hace falta ser Skerlock Holmes para darse cuenta de que Vienna está a punto de caramelo para que le peten bien el culo.
Vienna Rose lista para que la perforen
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