A esta nueva marabunta de santurrones, meapilas y adalides de la moral, incluyendo tanto gente conservadora como gente supuestamente de izquierda que abraza una ola pseudofeminista que haría sonrojar a la mismísima Simone de Beauvoir, le pondríamos algunas producciones de porno hardcore filmadas en la capital checa, donde superhembras como la del presente vídeo se someten a prácticas sexuales extremas con total placer, sin que por ello sientan que la están vejando ni denigrando.