Esta húngara es chiquita, pero matona. Y es que su corta estatura contrasta con su lujuria desmedida, de ahí que le encante visitar al actor español Máximo García para que la empotre sin parar. No se pierdan cuando el fornido actor la toma en volandas y ella grita de placer porque siente cómo la polla de Máximo le llega hasta el corvejón.