Normalmente, a la hora de masturbarse en un sitio público como una biblioteca, que se distingue por el silencio y la discreción, lógicamente la pajillera de turno toma ciertas precauciones para que nadie le pille en pleno acto sexual, pero la hembra maciza de este vídeo se olvida de todo y se desata durante una sesión de onanismo con un consolador.