De todo hay en la viña del Señor, y existen tipos que no les importa que a sus mujeres se las follen otros tipos delante de sus narices. Es decir, son cornudos consentidos que, además, disfrutan viendo cómo penetran a sus esposas. De hecho, les encanta meter las narices en la contienda y chupar la almeja penetrada de su mujer durante el adulterio voluntario.