El sueño de todo hombre es retozar con dos bellas hembras, puesto que no solo es una experiencia de lo más gratificante, sino que, además, supone un importante subidón de autoestima. La fantasía es aún más placentera y morbosa y a ambas chicas les gusta que les penetren el ojete, como en el caso de esas dos mozas cachondas de irresistibles traseros.