Ya sabéis cómo se las gastan las mulatas brasileñas y los cuerpos esculturales que tienen. Son chicas muy abiertas sexualmente hablando, por lo que un polvo con ellas es mano de santo. Un buen ejemplo es esta carioca de muy buen ver a la que le va tanto el sexo vaginal como anal, lo que es una suerte para su amante, que termina regándole el ojete con su leche caliente.