Fue apodada la batidora humana por la forma endiablada que tenía a la hora de cabalgar sobre los miembros de sus numerosos amantes. Y es que esta cubana movía las caderas como nadie y dominaba el sexo anal con una solvencia absoluta. Los más veterano de Orgasmatrix la recordarán: se llama Abella Anderson y a fuerza de movimientos pélvicos se convirtió en un mito del porno.