Follar es uno de los mayores placeres que nos ofrece la vida, sobre todo cuando la conexión con la otra persona es total. Y es que disfrutamos el doble si sentimos que nuestra amante está gozando de lo lindo mientras nos la follamos. Por supuesto, una señal ineludible de que una chica está disfrutando a tope de la jodienda es cuando se corre a chorros y la follada se convierte en un auténtico humedal.