En estos tiempos en que nuevos inquisidores de la corrección política más necia abanderan proclamas contra la prostitución de una manera muy hipócrita a nuestro juicio. No solo saben que el oficio más viejo del mundo nunca se podrá abolir, sino que, además, muchos de estos aladides son más puteros que Torrente. Así que nos la trae floja estos intentos de coartar a cualquier mujer que quiera prestar servicios de cualquier tipo, no así la persecución de los maltratos y la trata de blancas, evidentemente. En fin, volvamos al meollo, esta filipina es una ramera con un gran cuerpo y un gran desempeño sexual remunerado.