Los aficionados al porno extremo están de enhorabuena, os traemos un metraje de más de hora y media con todo los ingredientes de una buena sesión de porno duro: consoladores gigantes, gapes, prolapsos, dobles penetraciones, besos negros y un nivel de cerdería no apto para los espectadores con tendencia a la mojigatería. Las protagonistas son dos jovencitas con unos traseros de lo más curtidos y hospitalarios.