El morbazo de Blake Blossom es mayúsculo; es como una Barbie con muchas más curvas que la jodida muñeca y con un apetito sexual desmesurado. Osease, una Barbie que con la polla de Kent no le basta ni mucho menos, puesto que su apetito sexual es insaciable y no hay maromo en este planeta que se resista a sus encantos.