No nos engañemos, es de lo más normal que un muchacho en plena efervescencia sexual se sienta atraído por su madrastra, sobre todo, si la mujer esta de muy buen ver. En realidad, no comparten parentesco, por lo que el deseo es lógico, y puede ser recíproco. Así fie en este caso, por lo que mami e hijo se fueron a un hotel para hacer realidad una fantasía que hacía tiempo que deseaban cumplir.