Apenas supera el metro y medio, no es especialmente guapa y no tiene unas curvas muy pronunciadas, pero es una auténtica bicharraca en la cama. Eligió el nombre artístico de Jane Wilde acertadamente, puesto que es una gata salvaje cada vez que entra en acción, sobre todo cuando una buena polla entra en su culo prieto. Una verdadera bestia parda del porno duro.