El tiempo pasa factura a unas actrices porno más que a otras. Y es que el dinero fácil es un arma de doble filo, puesto que te acomoda y dejas de esforzarte en todos los sentidos. Un ejemplo de descuido personal y físico es el experimentado por la otrora estrella del porno Remy LeCroix, cuya transformación física resulta de lo más sorprendete, y ahora se gana la vida protagonizando escena de baja estofa. Una pena.