Esta parejita de jóvenes hermanastros decidieron dar rienda suelta a sus instintos sexuales, pero tenían un problema, en el chalé donde se encontraban estaban sus padres, por lo que decidieron meterse en la piscina para que los gemidos de ambos nos los oyeran sus progenitores. Lo más asombroso del asunto es que ambos no aparentan haber alcanzado la mayoría de edad ni siquiera.