Jane Wilde se tomó muy a pecho aquello que cantaban los Steppenwolf en los setenta: «Born to Be Wild», que signiifica «nacido para ser salvaje». Y es que esta chica que apenas supera el metro y medio le gusta que le den bien fuerte en todas sus escenas, y mientras más largo y grueso sea el miembro de su amante, más disfruta. Observa los espasmos orgásmicos que le dan mientras un gran manubrio negro entra hasta el fondo de su recto.