Por supuesto, tener como esposa a una mujer imponente es todo un orgullo, pero también tiene sus desventajas. Y es que son mujeres que reciben halagos constantemente y a veces resulta complicado no caer en la tentación de ser infiel. En este caso, una rubia con un cuerpazo cayó una vez en la tentación de ser adúltera, pero con la mala suerte de que su marido la cazó colocando una cámara en el dormitorio.