El morbo superlativo de esta tetona peluda de carnes generosas tiene a su amante escuálido de tanto follar. Y es que el pobre hombre anda todo el día excitado y con el pene erecto por culpa de la moza, que quiere todo el tiempo que se la folle, puesto que su apetito sexual es insaciable. Aunque falto de energías, el tipo accede a darle su ración de rabo cuando se lo pide, pero dentro de poco le dejará los huevos completamente secos.