El hecho de tener a una chica totalmente sometida es algo que despiertan los instintos ancestrales de los hombres, puesto que su papel es el de dominante en el plano sexual por naturaleza. Con las mujeres ocurre a la inversa primitivamente, de ahí que esta chica completamente maniatada y perforada por todos sus agujeros goce como una perra en celo.