Estupendas localizaciones, impecable factura técnica, primeros planos en alta definición y hembras de infarto que aparecen en las escenas como verdaderas deidades de la belleza. El porno de la productora Vixen siempre es exquisito, pero no exento de promiscuidad desatada por parte de chicas jóvenes que disfrutan a lo grande de los placeres carnales. Es decir, un contraste delicioso entre refinamiento y cerdería.