En otros tiempos los tatuajes eran cosa de presos, músicos de rock y de personas trensgresoras, pero hoy en día todos los jóvenes lucen tatuajes en múltiples partes de su anatomía, por lo que la cosa carece de novedad. Ahora bien, hay algunos y algunas que inundan de tinta sus cuerpos, por lo que el hecho de tatuarse se sale un poco de madre. Un buen ejemplo, esta moza con un cuerpo de infarto, a la cual le faltan pocos resquicios de su cuerpo por pintar. No cabe duda de que la tipa está como un queso, pero tampoco cabe duda de que para muchos habrá mancillado su cuerpo serrano.