Dos chicas muy jovencitas se levantaron muy cachondas para ir a clase, así que tomaron el autobús como cada día, pero las ganas de follar no se disiparon y comenzaron a masturbarse en el propio autobús, con la sorpresa de que el chófer del autocar las cazó en pleno acto masturbatorio. Pero lejos de darles una reprimenda, les echó un buen polvazo con corrida facial para bajar el estado febril de las dos mozas.