Todo parece indicar que esta impresionante jamelga con el pelo rizado tiene el punto G en las profundidades de su recto, pues es adicta al sexo anal, y cualquier sitio es bueno para que su amante le pete el trasero con fuerza. Ya sea un parking, en la intimidad del hogar o en el campo al aire libre, esta mujer es feliz como una perdiz con una buena polla en su culo.