El deseo y la pasión que se experimentan con los primeros amores son inigualables; sensaciones que son difíciles de igualar una vez que se pasa esa etapa de jóvenes aprendices del amor. Esta pareja de tortolitos recuerdan a eso, a los primeros revolcones que nos metíamos en el instituto, pero, a decir verdad, un tipo como el del vídeo no se comía un colín en mi época, puesto que la cara de pardillo es notoria. Ahora bien, la chica es otro cantar, puesto que un bombón delicioso.