Con la francesa Angel Emily ocurre algo similar a lo que se dice en un dicho popular, pero con una variante: la perversión más pura se sirve en un frasco pequeño. Y es que esta actriz porno menuda concentra unos niveles de lujuria para nada desdeñables desde que comenzó su carrera, especializándose desde sus inicios en escenas de sexo anal sin miramientos, como vuelve a demostrar con el rudo Luca Ferrero.