La primera vez que vi a la australiana Savannah Bond follando como una posesa me recordó a La Máquina de Follar, un relato del pendenciero escritor Charles Bukowski. Y es que esta criatura nacida en el lejano continente de Oceanía parece haber sido cincelada exclusivamente para follar, con una completa puesta a punto en el quirófano, que ha dado como resultado un verdadera bomba sexual que nos deja ojipláticos cuando entra en acción en sus escenas candentes.