El otro día una amiga me comentaba que, a pesar de tener el pecho plano como una tabla de planchar y de ser ese rasgo físico una fuente de complejos y problemas de autoestima desde hace años, nunca ha tenido problemas para ligar. Me hizo pensar en la atención absurda que ponemos en las actrices de tetas voluminosas o de culos grandes, y de cómo se nos quedan en el filtro grandes talentos que basan su argumento en la belleza, la actitud o la capacidad para dar un buen espectáculo sin necesidad de lucir grandes masas de carne apropiadamente concentradas. Pensé, de hecho, en la señorita Victoria Voxxx, una norteamericana guapísima que sin prácticamente curvas formula una propuesta porno deliciosa basada en lo que decíamos, el erotismo de su sola presencia, la seducción animal. Y qué mejor que su primera escena anal para comprobarlo.
Comentarios