Cuenta Veruca James que en su vida anterior al porno estudió contabilidad y llegó a aprobar unas oposiciones para ser agente del Tesoro, un engranaje importante en la maquinaria económica estadounidense. Dice que aquello era un sinvivir, que le llamaban para arreglar trámites de urgencia incluso en sus fines de semana de descanso y que odiaba las fotocopiadoras. Fue una de esas mujeres que entraron en el porno por vocación y por aburrimiento con su vida. A día de hoy las únicas fotocopiadoras con las que se pelea son de atrezzo para escenas como esta de la cinta My Black Boss donde el enfrentamiento contra el material de oficina precede a un polvazo interracial con su jefe en la ficción Moe Johnson.
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