Veronica Avluv rozó la gloria profesional el mismo año en que perdió a su marido por culpa de un ataque al corazón. La motivación por cargarse la casa y a sus tres hijos a las espaldas, las ayudas financieras de un ramo que siempre protege a las pornstars en apuros y la lluvia de contratos de las productoras dispuestas a solidarizarse con ella y ofrecerle trabajo a mansalva le dieron la oportunidad de ganar caché y entrar en las quinielas para la MILF del año. Al final no pudo ser, pero Veronica no ha desaprovechado el rebufo de su eclosión post-viudedad y sigue ofreciendo regularmente material de primer nivel, ofreciendo también sus experiencia a mujeres más jóvenes como Adriana Chechik, una de esas bestias sexuales incapaces de decir que no a nada.
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