Un verano más, como viene sucediendo desde 2007, se ha organizado en Seliger, una zona boscosa a 200 kilómetros al norte de Moscú, un campamento de verano al que acuden miles de jóvenes a participar en conferencias y cursos que exaltan la grandeza de la patria Rusa y a realizar ejercicios y entrenamientos básicos de corte militar. El campamento está organizado por Nashi, un movimiento juvenil afín al régimen del Kremlin, y financiado por el estado e importantes empresas rusas. Paseando por la zona de acampada uno puede encontrarse con grandes fotos de Putin y Medvedev (que este año se pasó a hacer una visita a los jóvenes campistas), carteles comparando el atractivo de las espías rusas con el de las americanas, y fotomontajes gigantes en los que personajes críticos con el gobierno aparecen vestidos de prostitutas.
Siguiendo con la visita también se puede encontrar una veintena de tiendas nupciales en las que parejas que contraen matrimonio durante el campamento pueden tener sexo con comodidad, según dicen los detractores de este evento con el fin de producir los mejores bebés de raza eslava. Entre los no casados también se fomenta el sexo con fines reproductivos. Se anima a las chicas a ir siempre vestidas con muy poca ropa pero no hay forma de adquirir condones en el campamento. Si te va el turismo sexual con connotaciones políticas tienes doce meses para aprender ruso y apuntarte a la edición del próximo verano.
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