Existe un nicho extremadamente limitado del que hasta lo mejor documentados en las artes pornográficas solo sabrían nombrar poco más de media docena de ejemplos: Proxy Paige, Hot Kinky Jo, Roxy Raye, Alysa Gap o Isabella Clark tienen en común el haberse hecho famosas gracias a la increíble laxitud de sus esfínteres y la entrada de sus vaginas, a la capacidad sobrehumana de alojar objetos o miembros extraños de tamaño inimaginable y a veces incluso de convertir sus tripas en un calcetín del revés con los prolapsos más impactantes que se pueda hallar en internet.
Todas son profesionales, pero en el mundo amateur también existen señoras que ostentan ese estatus de reina de los orificios elásticos. Una de ellas es Veneisse, una italiana de 24 años y amante del sexo, el arte y la psicología que, a pesar de haberse estrenado en una cinta profesional de Evil Angel hace tres años, Pussy Acrobats, siempre ha publicado sus trabajos manteniendo un perfil bajo y no parece tener interés alguno en hacer carrera de ello. Eso sí, su terreno se limita al coño: la parte anal parece que prefiere tenerla aparcada.
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