Más allá de que trabaje o no con productoras americanas (que, no nos engañemos, suelen tener presupuesto para subcontratar fuera de sus fronteras o incluso hace a un actor cruzar el charco), otra prueba fehaciente de la voluntad de Valentina Nappi por conquistar las Américas es verla juntarse con señoritas estadounidenses de habitual aparición en la rutina porno. Hoy la diosa italiana entre mortales acompaña a un culo jugoso como el de Mischa Brooks en un doble interracial donde la de Nápoles es la única que se atreve a prestar su ano.
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