Escasos días después de que descubriésemos a Julio Gómez en una productora menor, nos enteramos de que Greg Lansky le había echado el ojo a ese miembro absolutamente desproporcionado y lo había fichado para su oasis de porno interracial elegante, Blacked. Inmediatamente un montón de starlets del máximo nivel se interesaron por ese rabo ridículo en Twitter, preguntando por él y deseando trabajárselo frente a la cámara.
Parece que una de las que tenía más ganas de echar mano a ese monstruo venoso del tamaño de un antebrazo adulto era una ninfómana reconocida como Valentina Nappi, la diosa napolitana que este año cumple un lustro en la industria del porno y, quizá para celebrarlo, ha decidido tratar de domar una fuerza de la naturaleza.
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