Con bellos rasgos juveniles y una imponente figura de 190 centímetros de altura, a Olivia Madison nos la podríamos imaginar desfilando en las pasarelas de moda más prestigiosas, pero, en principio, su carrera ha ido por unos derroteros muy diferentes. Y es que, en lugar de lucir prendas prêt-à-porter, esta espigada norteamericana prefiere desvestirse en los estudios pornográficos para que sus amantes disfruten cada centímetro de su piel infinita y tersa, así como de sus recovecos, todos ellos funcionales a la hora de agasajar miembros, como ha demostrado en su primera visita a los aposentos nocturnos y sodomitas de Tushy Raw.
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