Cuando debutó ya bien entrada la treintena, nadie pensó que Mercedes Carrera fuese a convertirse en lo que es hoy. Parecía más una turista sexual deslumbrada por todo lo que le rodeaba que una ambiciosa bestia sexual dispuesta a comérselo todo, y además daba el perfil de norteamericana de origen latino que nunca suele ir mucho más allá de unas cuantas prácticas convencionales y poco exigentes. Ni de lejos: Mercedes sigue demostrando con cada trabajo que se está tomando muy en serio este giro profesional y que no esconde ases en la manga… ni en el culo. En All About Ass #2 de Evil Angel se dejó ensartar por Chris Strokes en un polvazo que fue pura dinamita.
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