La premisa de POVD es tan directa y clara como la definición de su porno: el sexo como nunca ha existido antes. Y para que la experiencia sea satisfactoria nos invitan a usar auriculares, ya que sus escenas son lo más parecido a estar realmente allí, en medio del meteysaca.
En resumen, ángulos nunca antes vistos, definición que te permitirá ver los poros y el vello de las protagonistas y una calidad de vídeo pocas veces vistas en la web y, por supuesto, nunca en el cine para adultos. Con POVD estamos ante el símbolo más representativo de la nueva era del porno. Imprescindible.