Imaginaros que viajáis muy lejos con la ilusión de ver a alguien al que recordáis de una manera pero cuando llegáis esa persona es la misma pero le falta un detalle que la hacía muy reconocible. Pues eso le sucedió a Juan-Z cuando conoció a Eva Angelina. No se decepcionó por su físico, ni mucho menos, pero si porque él se esperaba verla con sus gafas para hacer la escena y así poder terminar corriéndose sobre ellas. Juan se lo dijo y afortunadamente Eva aún guardaba unas lentes viejas para cumplir su deseo.

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