Hace unas semanas pasaba por la consulta del doctor Mike Adriano otra Sheena que no es Sheena Shaw ni tiene su culo ni su gracia, pero tampoco le va muy a la zaga. Se hace llamar Sheena Ryder, es puertorriqueña, tiene 26 años y aunque no es precisamente el paradigma de lo que uno esperaría encontrar aterrizando en el porno desde aquel lugar (un culo gigantesco y un aire dulzón, supongo) es justo decir que ni mucho menos está plana por detrás. El hecho de que el amiguete Mike la invite a merendar en sus dominios es la prueba más fehaciente antes de verla: allí un pandero importante es conditio sine qua non.
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