La tensión sexual no resuelta entre un hombre maduro y una hermosa teen acaba con un intenso polvo a hurtadillas que añade aún más morbo al encuentro. La química entre la hermosa Giselle Palmer y el veterano actor Steve Holmes, una eminencia del oficio a sus 58 años, queda patente a lo largo de una escena en la que la productora PureTaboo juega de nuevo con las fantasías sexuales ocultas y los placeres prohibidos. Para ello echa mano de recursos técnicos cinematográficos y de un guión elaborado que permiten profundizar en la historia antes de la polvareda de marras.
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