Fuente de placeres indescriptible y anhelados, el sexo anal ha sido desde siempre la última frontera en la práctica del sexo convencional y doméstico. Hay mujeres que a fuerza de practicarlo con asiduidad han terminado prefiriéndolo a otras modalidad más tradicionales e incluso hay hombres que son capaces de cortar una relación si su chica nos les da un pase para su backstage particular, pero lo que quizá no todos sabíais es que el idolatrado sexo anal también tiene sus peligros, y bastante serios.
Empezamos este breve descenso al alarmismo con un pequeño extracto de la entrevista que HardcoreGossip le realizó en verano de 2007 a la pornstar tejana Tyla Wynn, conocida por intervenir en grandes odas a la espeleología del colon como Anal Cum Addicts, Who Let The Whores Out o From My Ass To My Mouth:
HCG: ¿Qué sueles hacer para prepararte para un anal?
TW: He rodado cerca de 230 escenas anales sin despeinarme. Lo que hago es tomar solo una comida al día cuando me toca hacer muchos anales en días consecutivos. Uso agua caliente para limpiarme bien por dentro.HCG: ¿Y ser follada por el culo cada día no acaba provocando secuelas de algún tipo al cabo del tiempo?
TW: Esto puede sonar un poco raro, pero no puedo cagar como lo haría una persona normal. Tengo que usar un edema de agua caliente cada vez que necesito ir al baño para cagar porque no puedo empujar.HCG: ¿Crees que si dejaras de tener sexo anal eso volvería a funcionar con normalidad?
TW: Eso creo. Siempre tengo algo de miedo a que se me salgan los intestinos. Una vez oí algo sobre el tema. ¿Cómo es posible que ocurra algo así?
Está claro que el precario estado del ano de Tyla se debe a un abuso poco común de sus cavidades, y que el sexo anal sigue siendo una práctica tan placentera como inofensiva, pero si alguna de nuestras lectoras o lectores tiene pensado lanzarse a algún tipo de salvaje maratón sexual y teme poner en peligro su cerito, hay métodos para mantener en forma el asunto.
Además de unos hábitos alimenticios regulares, quizá a más de uno le venga bien conocer los ejercicios Kegel, consistentes en contraer los esfínteres y los músculos pélvicos durante 10 segundos en series de 10 a 20 repeticiones. El resultado, un ojete tan vigoroso y fuerte que será la envidia de todo el mundo.
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